Podemos tener conocidos, creer que encontramos un amigo o amiga leal, que siempre dice la verdad y no nos traicionará, pero con el tiempo nos vamos a dar cuenta que realmente las cosas no son así.
Si nos ponemos a analizar quién es la persona que más nos conoce en la vida, quién es la persona que nunca nos deseará el mal sino el bien. La persona que quiere lo mejor para nosotros, quien dejaría todo por que no nos falte nada. Sí esa persona sería nuestra madre.
Muchas veces parecería difícil tener una amistad con nuestra madre, “porque hay cosas que no podemos contarles”. Sin embargo, la mayoría de las veces aunque no le contemos las cosas, de alguna manera “ mágica” ellas saben lo que sucede con nosotros.
Es esa experiencia que van ganando con la vida y durante la crianza la que las lleva a casi adivinar nuestros pasos sin ninguna complicación y a tener el consejo perfecto para todo.
Cuando somos adolescentes se desarrolla una batalla por los permisos, las restricciones y podemos llegar a pensar que nuestra madre es nuestro peor enemigo y así se va el tiempo en enojos y rebeldía contra ella, pero el tiempo le da la razón y nos damos cuenta que al final tenía razón.
En ese ínter podemos llegar a lastimarlas, pero es tan grande su amor que pasan por alto los reclamos, las palabras duras que salen de nuestra boca y en lugar de dejarnos de querer, nos aman todavía más.
Vamos creciendo, nos vamos relacionando con otras personas, creemos poder confiar en cualquiera que muestra señales de honestidad, pero al final todo cambia. Si recapacitamos en esto, nos vamos a dar cuenta que nadie podría llegar a tener el nivel de amistad que una madre.
De esa manera descubrimos que la persona que nos trajo a este mundo, siempre ha sido y será la mejor amiga que podamos tener en el mundo, es cuando valoramos cada consejo que nos ha dado, cada regaño, cada “No”. Con su esfuerzo nos da ejemplo de como afrontar todas las situaciones complicadas que se nos presenten.
Es por eso que antes de considerar a alguien nuestro mejor amigo o amiga, tengamos en cuenta a nuestra madre como la número 1 y la primera que hemos tenido. Valoremos eso y limemos asperezas siempre si hay algún problema con ella, porque ese nivel de amistad, jamás lo vamos a encontrar aunque tardemos toda nuestra vida buscándolo.