Sabemos que los padres siempre estarán cuando los necesitemos, serán de las personas más importantes de nuestras vidas. Cuando somos niños son nuestros ídolos y mejores consejeros, duele cuando salimos de nuestros hogares para formar nuestra familia, sin embargo, es un proceso natural para los seres humanos que así lo desean.
No obstante, los padres en ocasiones continúan dominando la vida conyugal de sus hijos aunque ya no vivan en la misma casa y demás, por ende podría generarles demasiados problemas, es decir quieren dominar la vida de sus hijos todavía y siguen dependiendo de ellos.
Desgraciadamente cuando la pareja tiene mamitis/papitis/hermanitis será posible que todo se complique y se convertirá en un verdadero martirio al momento de abordarlo.
Esto se debe a que la persona no tendrá la capacidad de tomar decisiones por si solo, es decir no sabrá decidir o actuar por si mismo sin que sus familiares lo aprueben y esto provocará que dude de si mismo.
Incluso la pareja de la persona que sufre mamitis/papitis/hermanitis puede sentir que tiene que defender a su pareja todo el tiempo porque su familia no le permite “ser él/ella mismo/a”. Pero en realidad esto solo provocará serios problemas en la pareja que al final, siempre acaba en separación de los padres hacia el hijo o de la pareja.
Lo recomendable para que una relación pueda crecer, (crear una familia) y estar estable en ella es necesario tener madurez para comprender que el amor – cariño de nuestros padres siempre estará presente y que ahora nos toca crecer en otros aspectos de nuestra vida de una manera independiente.